Apresado
el 7 diciembre 1483 tras 3 años de beligerancia militar contra los
Reyes Católicos, El Mariscal fue condenado a ejecución
pública en la rebelde capital de provincia del Reino de Galicia
de Mondoñedo con su hijo
y el noble y leal Señor Pero de Miranda.
La esposa de Pardo de Cela, Dona Isabel de Castro, asistió enseguida
a una audiencia con su prima la castellana Reina Isabel, obteniedo un indulto
condicional para los tres nobles gallegos condenados a muerte. Regresando
a Mondoñedo poco antes de la ejecución del Mariscal tras
diez días de viaje ininterrupido, Dona Isabel fue recibida en la
entrada de la Ciudad por los secuaces del Obispo de Mondoñedo.
Fadrique de Guzmán, Obispo de Mondoñedo, era un
hombre ambicioso de una mejor carrera político-eclesiástica
bajo el nuevo reinado de los Reyes Católicos, que además
sentía un odio mortal por Pardo de Cela ya que El Mariscal nunca
había acatado las órdenes de su poder eclesial. Así,
el obispo traidor mandó entretener en el llamado Ponte do Pasatempo
a la Dama mientras se apuraba la ejecución en la Plaza de la Catedral.
El
día 17 diciembre 1483, frente a una multitud que esperaba el indulto
para su Señor, el último defensor de la soberanía
del Reino de Galicia era decapitado en la Plaza de Mondoñedo,
rodando su cabeza hasta la puerta de la Catedral al tiempo que gritaba:
- CREDO!, CREDO!, CREDO!
El cuerpo de Pero Pardo de Cela y de su hijo fueron hechos desaparecer
para evitar la veneración de los héroes gallegos,
y el castillo de A Frouxeira fue destruido. Constanza
de Castro, hija del Mariscal que luchó también
por la soberanía del Reino de Galicia desde el castillo
de Caldaloba, reposa en el Convento
de San Francisco de Viveiro, donde fue enterrada en odor de
santidad.
Segundo la Relazón da Carta Executoria, tal fue la indignación
que causó en Galicia la traición a Pardo de Cela que los
desleales y sus descendientes fueron declaralos inhábiles para ser
testigos en cualquier información.
Tras el 17 diciembre 1483 cayeron en manos del Reino de Castilla
otros nobles gallegos leales a la soberanía de Galicia, muchos de
ellos vasallos del Mariscal, hasta terminar con el sitio de Ponferrada,
la última ciudad gallega en resistir los ejércitos de los
Reyes Católicos.
Aquella fecha marca el principio de la decadencia y depresión
del Reino de Galicia, pérdida de su soberanía como nación
próspera, comercial e influyente en Europa, e inicio de una persistente
colonización económica, emigración y censura cultural.
Los
principales restos históricos conservados actualmente del Mariscal
son las ruínas del Castillo de A
Frouxeira, el Ponte do Pasatempo, y A Mariscala
o cadenas que sujetaron los pies de Pardo de Cela en la prisión
antes de su ejecución, exhibidas en el Museo Provincial de Lugo. |