La leyenda del origen del noble linaje bretoñés
de Os Mariños forma parte del conjunto de tradiciones populares
celtas comunes de Bretaña, Cornualles, Gales, Galicia e Irlanda
El Conde Froilán era un noble de las tierras britonienses, sabio,
justo y muy apreciado por sus vasallos. Froilán, que nunca había
desposado mujer alguna, gustaba de la caza, de pasear a caballo por sus
tierras y de hablar con sus gentes.
En uno de sus paseos a caballo vió desde un acantilado a una
mujer semidesnuda acostada en la playa. Curioso, se acercó sigiloso
a ella, dándose cuenta perplejo de que la dormida mujer tenía
cuerpo de pez: "Una sirena!".
La sirena quiso escaparse, pero Froilán la subió a su
caballo y la llevó a su castillo. Todos sus siervos y vasallos se
quedaron prendados por la extraordinaria hermosura de la mujer-pez, que
recibió el nombre de Mariña por proceder ella del mar.
Froilán y Mariña se enamoraron rápidamente,
y estaban todo el tiempo juntos mirándose y montando a
caballo por las tierras del noble. Aunque Froilán intentaba
enseñarle a hablar, quizás era su condición
de mujer-pez lo que le impedía pronunciar palabras, solamente
emitir ruiditos poco comprensibles.
Aún así, el cariño de los enamorados era
tal que deciediron casarse, teniendo un deseado primer hijo fruto
de su amor al poco tiempo de juntarse. Y pasaba el tiempo y Mariña
seguía sin poder hablar, lo que le causaba gran pena por
no poderle expresar a Froilán y a su pequeño hijo
su inmenso amor y felicidad.
En la noche de San Juán, el noble matrimonio estaba disfrutando
de la noche mágica con sus vasallos, comiendo, cantando
y bailando en frente de las hogueras. Siendo consciente del pánico
de Mariña al fuego, Froilán le arrebató el
hijo de los brazos de Mariña y salió decidido corriendo
con la criatura hacia la gran hoguera, dando la impresión
que, quizás víctima de un hechizo, éstos
iban a entrar en la hoguera.
Mariña, horrorizada de perder a sus amores en el fuego, gritó:
- "Froilán!!.. Fillo!!.."
Así, gracias al susto, Mariña pudo pronunciar sus primeras
palabras y aprendió a hablar, lo que causó una gran celebración
en el castillo y la mayor alegría de la vida del noble Froilán,
que vivió feliz para siempre con Mariña.
Varios años después, descendientes de Froilán
y Mariña, alcanzaron fama en el Reino de Galicia dos de
los Mariños que, dedicados a la poesía, compusieron
varias de las más hermosas composiciones líricas
de los cancioneros gallegos medievales. Noble linaje del Reino,
con escudo de plata representando una sirena y tres olas azules,
varios Mariños participarían en las guerras contra
los árabes, asentándose en los nuevos territorios
del sur y contribuyendo a la riqueza del futuro Reino de Portugal.
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